En el cine

La primera visita que hicimos fue al Cinemark del Jockey Plaza. Elegimos ir domingo, pues ese día suele ir más gente al cine. Quedamos en llegar a las 3:30 pm para ver la nueva película de Tim Burton, "Sombras tenebrosas". 




Llegamos y había muchísima gente viendo en los televisores de los restaurantes el partido final de la Eurocopa. Desde aquí podemos involucrar el término de implicación: muchos se veían involucrados, incluso las personas que no habían ido al Jockey a ver el partido, ya que se veían afectados por este evento social y por la cantidad masiva de gente. Al mismo tiempo, el silencio es visto como un consenso o acuerdo entre aquellos que veían el partido, porque de haber ruido no escucharían las palabras del locutor. Muchos hombres volteaban hacia la gente que tomaba el partido como una complicación (no consideraban necesario establecer una relación con el espectáculo transmitido) y los callaban para poder escuchar mejor.


Ya en la película, el ambiente era tan silencioso que pensamos que había poca gente. Nuestro objetivo era romper este silencio, sobre todo en momentos de tensión en los que la gente suele "contener la respiración" (y guardan silencio) hasta que esta tensión es rota. Decidimos que una de nosotras se sentara más adelante para poder comparar resultados y percepciones al terminar la película. 

En un principio, pensamos que la película era de comedia, pero una vez que empezó nos dimos cuenta que era más una mezcla de terror y suspenso, aunque esta también estaba presente. 

El silencio en general era roto por las risas del público; algunas de nosotras solo oímos una vez a una mujer conversando en el asiento de atrás, pero la que estaba más adelante pudo notar más ruidos de personas conversando, un celular que son y el sonido de las bolsas cuando la gente abría sus paquetes de comida. Estos ruidos eran materias/energías, ya que estaban ahí y se producían, pero no tenían una carga de significado contra el silencio.





Pronto notamos que no surtiría mucho efecto, ya que muchos de los silencios eran llenados por bromas o chistes que se daban en la película y por las risas de los oespectadores. En el momento en que estos no lo llenaban identificamos otr' elemento importante en esta comunicación de el medio masivo (el cine) hacia los espectadores. Este consiste en una ayuda creada por los que controlan la sala y manejan la proyección de la película: un volumen más alto de lo normal que disminuía y en ocasiones anulaba el ruido que se podía dar en la sala. En este caso, esto vendría a ser el facilitador, es decir, aquello que ayuda a que el mensaje de la película llegue al público a pesar de los ruidos.







Esta es sólo una de las maneras en las que se puede generar una situación de conflicto con nuestro tema. Podemos ver otro ejemplo del cine que no es desde nuestra propia experiencia, en una serie muy conocida por todos: El chavo del 8. En un capítulo, los personajes van al cine y crean muchas interrupciones en la película por sus gritos o por estar pasando delante de la gente incomodándolos. En este caso, y debido a la ausencia de lo que hemos denominado un facilitador, el ruido es tan fuerte y potente que las personas sí se percatan y se implican con él, por lo que se aplica una sanción consensuada por todos los sujetos que se encuentran en la sala y que inmediatamente sueltan un "shhh" para decirles que se callen. 


La importancia del silencio en el caso del cine es que, si surgen ruidos en la sala, también aparecen problemas en la comunicación, tal y como lo plantean Shannon y Weaver en su modelo de comunicación. Estos problemas pueden surgir por la interrupción y bulla por razones ajenas a esta. Una interrupción que distraiga a las personas que están viendo la película podría afectar el hilo de la historia al generar problemas de nivel C, problemas de efectividad, con lo cual la película no tendría el efecto que se desea tener en las personas o podría causar que los espectadores no capten el mensaje que se intentó transmitirles. Es por ello que un facilitador sería crucial en este tipo de contexto para evitar que se den este tipo de problemas y hacer que el mensaje llegue de manera correcta y eficiente al público.

Esta experiencia en una película con muchos diálogos y chistes puede ser comparada con un tipo de cine totalmente opuesto: el mudo. En el cine mudo el dominio de lo no verbal, la libertad y la expresividad gestual son la clave para captar la atención de los espectadores. Bastan aquellas señales cargadas de significado para entender a plenitud una historia contada con tan solo imágenes y música de fondo. 


En la película “El artista” se presenta un inmenso momento silencioso donde no se echa para nada de menos el lenguaje hablado. Se narra la muerte del cine mudo a través de una película muda como modo de hacer revivir aquellos años en los que “el arte de callar” entretenía a miles en las salas de cine.  El director de la película planteó una tesis muy cercana al pensamiento del filósofo Heidegger muy estudiado en su país que tiene que ver con la redundancia del habla en el cine mudo“El habla dificulta la comunicación y más cuando los vocablos están ya prostituidos al cabo de tanto uso y abuso”.

Quizás el autor haga referencia implícitamente a aquellas palabras que forman parte de la comunicación fática, es decir, que no aportan información, sino solo que facilitan el contacto social para poder transmitir y optimizar mensajes posteriores de mayor contenido. Por otro lado, si tenemos una historia tan rica en expresividad y al mismo tiempo sencilla al punto que es posible contarla sin palabras, ¿para qué abusar del lenguaje si no va a aportar mayor información que el lenguaje no verbal?

Lo que la película nos demuestra es que el habla que solemos utilizar en la vida cotidiana no sería nada sin nuestra expresión corporal, sin nuestras expresiones faciales, sin nuestros movimientos, sin nuestras miradas, gestos y actitudes. La mayor información que podemos transmitir no necesita de sonido. Incluso la música que acompaña a la película en reemplazo del sonido real que escuchamos fuera de la ficción nos dice que podemos comunicar prescindiendo de cualquier tipo de sonido: el hablado y el natural que está presente casi todo el tiempo. Con tan solo leer unas pocas frases que aclaran ciertos sentidos en los diálogos y algunas onomatopeyas podemos entender a cabalidad la historia que se narra. De esta manera se puede entender también la comunicación efectiva de los sordomudos que se pueden comunicar tan bien y a veces mejor que nosotros.


Encontramos que en este tipo de cine y en esta película en especial no es necesaria la presencia de un facilitador al momento de ser proyectada, ya que la gente valora por sí misma el arte de callar y se siente un silencio casi ceremonioso dentro de las salas que demuestra reverencia y respeto hacia este tipo de producciones. Si no fuera así "El Artista" no habría ganado el Oscar.

¿Se han puesto a pensar qué sucedería si en realidad los diálogos que vemos en la película “El artista” no fueran reales, sino simples movimientos de labios ajenos a cualquier idioma? ¿Aquello sería un impedimento para entender el sentido de la historia?




Conclusión:
El término del facilitador que interviene en determinados tipos de película, como las de comedia o suspenso, y que permite minimizar el ruido para lograr que los receptores capten de la mejor manera el mensaje deja de ser necesario en ciertos tipos de película como las del cine mudo porque en ellas se da una mayor consciencia de la importancia del silencio y el público va con una mejor disposición. Por lo tanto, el facilitador no es indispensable en algunas ocasiones, pero sí contribuye mucho al hecho de cómo llega el mensaje de una película y cómo es captado por la audiencia.